En esta entrada abordamos cuáles son las especiales vulnerabilidades de las trabajadoras víctimas de violencia de género en sus espacios de trabajo. Y aportamos algunas medidas preventivas para su protección. Un aporte especial con motivo del 25 de Noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Habitualmente las empresas u organizaciones no son conscientes de que los espacios en los que trabajan las mujeres víctimas de violencia de género son potencialmente peligrosos para ellas. Sus maltratadores saben dónde se encuentran y en qué horarios. Además no siempre la condición de víctima y maltratador es conocida. Por eso, al ser éste habitualmente un hombre cercano a la trabajadora, sus compañeras y compañeros de trabajo no perciben como extraña su presencia y fácilmente colaborarán con información sobre ella que le expondrá aún más. Este anonimato beneficia al maltratador doblemente, pues al verse sorprendida la mujer por él en el espacio laboral, es probable que disimule y se vaya con él para no exponer su situación.
Cómo contribuir a proteger a las víctimas de violencia de género en los entornos laborales
Estas situaciones se pueden evitar en gran medida si la condición de víctima de violencia de género es conocida por la dirección y el personal. Pero eso no siempre es así. Las mujeres víctimas de violencia de género suelen estar muy aisladas y tienden a esconder su condición por una mezcla de vergüenza y culpabilidad.
Una de las herramientas más eficaces para prevenir esta vulnerabilidad es elaborar Protocolos para la Protección a Mujeres Víctimas de Violencia de Género en el Espacio Laboral. Estos documentos, hechos públicos de forma efectiva a todo el personal, animan a la posible víctima a identificar su situación al menos a ciertas personas clave que puedan ayudarle y prevenirle en caso de necesidad. E incluyen medidas preventivas a considerar. Como por ejemplo detectar y facilitar el uso de puertas traseras u otras rutas alternativas para que la víctima pueda evitar encontrarse con su maltratador. O disponer de unos horarios que no aumenten su vulnerabilidad, sino que favorezcan su protección. También, en caso de que habitualmente deba trabajar en espacios fuera de las dependencias de la empresa, evitar el que vaya sola. Otra opción es facilitarle la rotación de turnos y espacios de trabajo habituales, para que sean difícilmente previsibles. Además, no exponer públicamente los horarios y espacios de trabajo. O inculcar hábitos a todo el personal para que evite facilitar información sensible sobre las compañeras de trabajo.
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